Toda lectura es un acto individual y también es un proceso que se lleva a cabo, necesariamente, en el tiempo y en el espacio. Hasta ahora, la linealidad del texto venía impuesta por los contornos de la página impresa, pero el espacio hipertextual permite romper esos contornos. La lectura adquiere nuevas dimensiones pues se puede optar por un barrido visual y una exploración superficial hasta centrar la atención en un punto concreto y sumergirse en una lectura reflexiva y pausada. No es lo mismo el zapeado de páginas, la lectura de titulares o la búsqueda directa, que la exploración detenida de un espacio hipertextual. Depende de los deseos del lector detenerse en un punto concreto de la información y sumergirse en una lectura más profunda o ampliar la información en otros puntos externos de la red. Así pues, el hipertexto no conduce, necesariamente, a una lectura superficial ya que el hipertexto posibilita varios modos de lectura, sino que es la intención del lector la que conduce a un tipo u otro de lectura.
Bibliografía:
“El Gran hipertexto”, María Jesús Lamarca Lapuente
Link: http://www.hipertexto.info/documentos/web.htm